Renunciar a los trabajos mediocres
renunciar a labios prohibidos
renunciar a la despertada tarde
renunciar al olvido
renunciar al helado que empalaga
renunciar a la cama que calienta
renunciar al dinero que mereces
renunciar al sentido de las cosas sin sentido
renunciar al trote y optar por la bicicleta
renunciar a la idea de dejar el alcohol
renunciar al amor por contrato
renunciar a la idea obsesiva de ser alguien
renunciar a las rotondas y amar carreteras
renunciar a quien buscas tanto
renunciar a quien tanto te busca
renunciar al producto en oferta
y al pantalon que te desea
renunciar a la belleza posible
y al desastre imposible
renunciar a la defensa del planeta y los animales y los pobres y las mujeres y los esclavos y las ballenas de pintas amarillas
renunciar a plantar el arbol, escribir el libro y tener el hijo
renunciar a los proyectos exitosos y entregarse a lo inútil
renunciar al amante y amar al que se tiene
renunciar al puritanismo y devorarse al amante
renunciar al striptease nunca terminado, a cantar sobre los pianos
renunciar al pendejo que eres y que ya no quieres
renunciar al mal porque es cuadrado y porque el bien es original
renunciar a la poesía porque no es rentable
renunciar a tu trabajo porque no es amable
renunciar al deseo de ser alguien
renunciar al cigarrillo por amor al aroma del jazmín
renunciar a la búsqueda frenética de algo que no conocemos
renunciar a la idea de dios y creer en el universo o en buda, o el horoscopo
renunciar al pensamiento revolucionario
renunciar a la fama esquiva
renunciar al teléfono que suena y suena
renunciar a tanta renuncia
y empezar la vida
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment